
Los historiadores sitúan el origen de esta expresión en Francia durante las persecuciones sufridas por los hugonotes. Al parecer, fue la reina Catalina de Médicis quien dio lugar al nacimiento de esta expresión del Palacio Real conductos acústicos secretos para escuchar mejor lo que decían los cortesanos de quienes más sospechaba y desbaratar cualquier posible conjura contra sus intereses.
Lo firma

2 comentarios:
Vamos, un gran hermano a la antigua :P
Si es que ya todo está inventado desde siempre, hay que ver...
Publicar un comentario