miércoles, 31 de enero de 2007

Sabiduría


El que no sabe y no lo sabe, es un necio; apártate de él. El que no sabe y sabe que no sabe, es sencillo; instrúyelo. El que sabe y no sabe que sabe, está dormido; despiértalo. El que sabe y sabe que sabe, es sabio; síguelo.
Proverbio Árabe

sábado, 27 de enero de 2007

Los crímenes de Oxford

Si tuviera que definir brevemente la impresión que me ha causado esta novela del argentino Guillermo Martínez utilizaría el término "novela-trampa", y lo es ya desde el engañoso título. Se trata de una novela con un planteamiento convencional, todo parece transcurrir dentro de los cánones clásicos de una novela policíaca, y eso se le hace creer al lector, hasta el inesperado, y en mi opinión forzado giro final. No hay nada novedoso en los personajes, ni, aparentemente, en la trama: los crímenes de un asesino en serie al que un policía con mucho oficio trata de descubrir y anticiparse antes del próximo asesinato. Y he aquí la primera trampa que se le tiende al lector, y la más importante, porque es fundamental para el desarrollo de la historia. En una novela policíaca el autor, o el narrador, se guarda datos, pero va vertiendo indicios de la verdad a lo largo de la obra, intentando encubrirlos para que sólo al final cobren sentido. En esta novela no hay tales indicios, al lector se le engaña casi desde el mismo comienzo sin darle opción a intuir la verdad por medio de pistas veladas. El lector debería acceder al fogonazo de comprensión al mismo tiempo que el personaje que narra la historia, pero eso no ocurre en "Los crímenes de Oxford".
Se trata, pues, de una novela que basa su originalidad en un engaño, en definitiva, una novela-trampa.

lunes, 22 de enero de 2007

DISCAPACIDAD I

Según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la OMS, DISCAPACIDAD es el término genérico que engloba las deficiencias, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación.DEFICIENCIA se define como los problemas en las funciones fisiológicas o en las estructuras corporales de una persona. Pueden consistir en una pérdida, defecto, anomalía o cualquier otra desviación significativa respecto a la norma estadísticamente establecida.Se entiende por LIMITACIONES EN LA ACTIVIDAD las dificultades que un individuo puede tener para realizar ciertas actividades. Estas dificultades pueden aparecer como una alteración cualitativa o cuantitativa en la manera en que la persona desempeña la actividad en comparación con otras que no tienen un problema de salud similar.RESTRICCIONES EN LA PARTICIPACIÓN son problemas que una persona puede experimentar al involucrarse en situaciones vitales, tales como relaciones interpersonales, empleo, etc. en el contexto real en el que viven. La presencia de una restricción en la participación viene determinada por la comparación de la participación de la persona con discapacidad con la participación de una persona sin discapacidad en una situación análoga o comparable.Se trata de tres dimensiones asociadas a un problema de salud que interactúan entre sí con los factores ambientales y personales.En España hay más de tres millones de personas que padecen algún tipo de discapacidad, lo que supone el 9% de la población. El 58,25% de las personas discapacitadas son mujeres. En cuanto al factor edad, la prevalencia de las situaciones de discapacidad está claramente relacionada con él: la probabilidad de tener una discapacidad aumenta con la edad.En cuanto a las discapacidades más frecuentes, ocupa el primer lugar la dificultad para desplazarse fuera de la casa, seguida de la discapacidad para realizar las tareas del hogar y, en general, las discapacidades relacionadas con la motricidad. También ocupan lugares destacados en esta relación las discapacidades visuales y auditivas. Y, entre la población infantil con este problema, la imposibilidad de hacer las tareas como los demás niños de su edad, las dificultades de habla, dificultades para caminar, y por último, las dificultades visuales y auditivas.Ante la gravedad del problema el Consejo de Ministros aprobó en diciembre del 2003 el II PLAN DE ACCIÓN PARA LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD 2003-2007.

domingo, 21 de enero de 2007

NARRACIONES PARA LEER

Este libro, titulado EL TALLER DE LENGUAJE ORAL Y DE PSICOMOTRICIDAD EN AL AULA 0-8 AÑOS, editado por CEPE, es un estupendo recurso para trabajar con los niños tanto en el aula como en casa. En él sus autoras, María Jesús Pablo y Carmen Pérez, recogen cancioncillas, retahílas, adivinanzas, poesías, y las estructuran por temas. De procedencia popular o literaria, todas ella sirven al propósito de desarrollar en el niño las dos habilidades que se mencionan en el título. Algunas se prestan perfectamente para hacer teatro de marionetas. "La jirafa sin bufanda", "Canción del viejo marinero", "La hormiguita", "Nos disfrazamos de números", son sólo algunas de las interesantes composiciones que se pueden encontrar en esta obra. Desde la experiencia, lo recomiendo.

Relatividad


¿Verdadero o falso? ¿Puede algo ser ambas cosas a la vez? He aquí la prueba fehaciente de la relatividad de toda cuestión. Es falso y verdadero, verdadero y falso, que tanto da, sólo depende de cómo se mire...

viernes, 19 de enero de 2007

Escritores

Hay dos clases de escritores:
Los que escriben para exorcizar fantasmas, y quienes lo hacen para conjurarlos.

jueves, 18 de enero de 2007

Diana: femme fatale interestelar.

Jane Badler, la actriz que personificó a la malísima.

Rescatado del Cajón Desastre original, es que le tomé cariño al artículo:

Diana, la mala más mala del mundo universo, al menos del televisivo. Mala, malísima, lista como ella sola, perversa, artera y taimada, ostenta en exclusiva la doble condición de lagarta y lagartona, ya que si bien esta última característica es inherente a toda mala de película que se precie, ninguna otra más que ella, esconde escamas verdes bajo su apariencia humana de mujer fatal, ni devora con fruición roedores vivos y humanos crionizados. Diana, femme fatale interestelar, rodeada de imbéciles e incompetentes, enfrentada a una buena con enjundia, la inteligentísima y muy bella doctora Julie Parrish, pero ése es otro artículo...

martes, 16 de enero de 2007

No pinta nada


Y no hablamos de pintores de arte, ni siquiera de los de brocha gorda, digno oficio. Con esta expresión dejamos claro que algo o alguien no tienen importancia o están fuera de lugar.Seguramente este verbo pintar se refiere a la pinta de algunos juegos de cartas, es decir, al palo llamado triunfo, que es el que, elegido al azar por el jugador que reparte, tiene más valor que los demás.

viernes, 12 de enero de 2007

La noche nos atrapa

Me complace presentaros mi primera novela publicada. Su título, LA NOCHE NOS ATRAPA.
Edita Libros en Red.



Un pequeño fragmento:

LA VIDA EN SUSPENSO: EL IMPERIO DE LA NOCHE SE HA EXTENDIDO. SUEÑO PROFUNDO, INTENSA VIGILIA, EL DOBLE ROSTRO DE LA NOCHE APASIONANTE; DULCE E INMISERICORDE ROSTRO DE LA NOCHE, OJOS ABIERTOS COMO LUNAS QUE ENCIERRAN TODA LA DULZURA Y TODA LA CRUELDAD, NOCHE ESFINGE, GIOCONDA OSCURA ADORNADA DE CRISTAL, EBRIA DE VIDA Y DE MUERTE; NADIE ENCUENTRA LA RESPUESTA, NADIE ESCAPA A LA NOCHE DE GIZEH.

jueves, 11 de enero de 2007

Ella

El lobo estaba herido y triste. Un cazador lo había disparado y la bala había rozado su pata. La herida le escocía. Se le había llenado del polvo del camino. La lamía, intentando calmar el dolor. No podía hacer nada por sí mismo, y los hombres lo temían. Dispararían de nuevo sobre él si lo veían, creyendo que iba a atacarlos. Pero no el hombre de la cabaña... Él era diferente de los demás hombres. Su instinto lo condujo hacia él. Era un hombre fuerte y vigoroso, casi tan alto como los árboles centenarios que poblaban el bosque. Algunas arrugas surcaban ya su rostro moreno y curtido. Sus ojos eran profundos, como si hubieran alcanzado la verdad. Sus grandes manos y su extraordinaria configuración física habrían dado miedo de no estar su aspecto suavizado por una mirada serena y protectora. Todos lo llamaban "El solitario de las montañas". Nadie se ocupaba de él, salvo para criticar su carácter, que no se habían preocupado de conocer, o lo que hacía las raras veces que bajaba al pueblo. El lobo cayó antes de llegar a la cabaña, aullando lastimeramente. El hombre dejó sobre la mesa el vaso de café que estaba tomándose, miró por la ventana y salió. Se acercó al animal y lo examinó atentamente. Cogiéndolo con cuidado, lo metió en la cabaña y lo colocó junto al fuego. Limpió bien la herida y la cubrió con un trozo de tela limpia.
- Espero que comas esto- dijo echando al lobo un trozo de carne que aún no había guisado.
Se lavó las manos y terminó el café después de recalentarlo.Salió al bosque. Tenía que cazar algo para la comida. El último pedazo de venado que le quedaba se lo había echado al lobo herido.Anduvo un trecho, sin prisas, redescubriendo, como cada día, la belleza que le rodeaba. El bosque estaba lleno de vida, y le gustaba darse cuenta de ello cada mañana, cada minuto del día. "No se conoce nunca del todo el bosque. Es como la vida. Cada día hay algo nuevo que descubrir, algo bello en lo que no habíamos reparado", solía pensar en sus largas horas de soledad.Al llegar a un claro, avistó un ciervo de impresionante cornamenta. Si conseguía abatirlo tendría carne para una buena temporada.Lentamente, sin hacer ruido, cargó la escopeta, la amartilló, fijó sus ojos en el blanco... El animal cayó al primer disparo. "Buen tiro -se dijo- No ha sufrido" Recogió la pieza cobrada, un macho viejo de gran tamaño, lo cargó en las espaldas y emprendió el regreso a su cabaña. Una vez allí, cuarteó el animal y se dispuso a adobar los pedazos. Tuvo trabajo hasta la caída del sol. Había adquirido la costumbre de leer después de la cena, mientras consumía pausadamente su pipa, y, fiel a ella, cuando hubo dado cuenta de la comida, cogió un libro y se acomodó en la mecedora, que él mismo había hecho, junto al fuego. El lobo dormía."Si mañana puede andar, deberá volver al bosque"- pensó el hombre. A la mañana siguiente un sol pálido adornaba el bosque. Se levantó antes de la aurora y se fue al lago. Le gustaba ver amanecer desde allí, recostada su espalda en un árbol. Contemplaba extasiado cómo el sol subía... y subía... Al principio era un disco naranja y se elevaba despacio. Cubríalo todo de un resplandor irreal, majestuoso. Y poco a poco se tornaba amarillo, como si, tras desperezarse, hubiera vestido una túnica de oro que extendía sobre las colinas de pendientes suaves y sobre el bosque ocre y verde, y sobre el espejo del lago helado y sobre aquellas otras montañas escarpadas de poniente y sobre el campo que había más allá del agua... Todo despertaba y él quería que al renacer recibieran su saludo todas las creaturas, por eso abandonaba el lecho antes de que cantase el gallo y se iba allí. Se llenaba de paz.Le gustaba sentir en la cara el aire fresco de la mañana, le daba fuerzas para afrontar el día con optimismo.Cuando la sonrisa del sol ya era abierta y brillante, se levantó, contempló una vez más toda aquella belleza que le rodeaba y comenzó a caminar con paso firme en dirección a su cabaña. Tenía que reparar la alacena. El invierno era duro, pero aún se sentía satisfecho: si bien el frío era intenso, el bosque le proporcionaba no sólo con qué combatirlo, sino también todo aquello que necesitaba para subsistir. Los muchos años que había vivido en él le habían enseñado los misterios que ocultaba. Si a los hombres el bosque les parecía triste, él sabía que estaba lleno de vida, de una vida a la que un día decidió pertenecer. pero no había sido fácil conseguirlo, lo había logrado poco a poco, luchando por ello. Por eso ahora lo considerba tan suyo. Apenas tenía ya conciencia del tiempo que vivió entre los hombres, esos seres de su misma especie tan llenos de contradicciones. Y, sin embargo, él era uno de ellos, pero privilegiadoa: había encontrado lo que buscaba."La especie humana...- pensaba- Buscan, pero sin saber qué, ni dónde encontrarlo, ni qué hacer con ello ¡Si tan sólo quiseira despojarse cada hombre de su egoísmo...!"Pero acaso él también era egoísta. Lentamente pasó el invierno. Y de nuevo despertaba el bosque. El hombre de la cabaña estaba muy alegre. Mientras se aseaba cantaba muy alto una vieja canción que había aprendido de niño y había entonado muchas veces como mozo bajo las ventanas de las muchachas del pueblo que sus padres y muchos otros valientes y arriesgados fundaron. La noche anterior el hombre de la cabaña había hecho una lista con todas aquellas cosas que era necesario comprar en el pueblo, al cual se disponía a bajar esa mañana. Sentía la primavera, podía respirarla, palparla casi, aprehenderla con todos sus sentidos. Una alfombra de resplandor amarillo mullía sus pasos camino del pueblo. Iba silbando, sujetando con una mano la rienda de su borriquillo y con la otra apretando el tirante de su mochila. Lástima que no hubiera podido reparar el carro, pero necesitaba para eso las herramientas que iba a comprar. Caminaba con el sol de frente y lo sentía como un amigo. Sabía que al llegar al pueblo todos iban a mirarlo y murmurar, pero ya estaba preparado para ello, y, además, estaba tan contento que no le importaba, hasta le divertía la idea. En tanto tiempo de soledad no había perdido el buen humor, se había dado cuenta de que la alegía nace del interior y hace que todo parezca bueno, de que no son las cosas las que nos la dan. Pensando y silbando, el camino se le acabó sin sentir. Enfiló la calle principal, ató su borriquillo en la baranda del porche del almacén grande y entró abriendo una puerta tan desvencijada que temió qudarse con ella en la mano.Un empleado con cierto aire fatuo se adelantó al mostrador desde un apartado que había tras él y le preguntó secamente qué deseaba. El hombre de la cabaña, dispuesto a divertirse, le entregó la lista que llevaba, adoptando una falsa actitud intimidada. El empleado se volvió aún más seco al comprobar el efecto que creía haber causado en el cliente con su tono autoritario.- Sí, bien- engoló la voz- Dentro de una hora le tendré preparado el pedido. Vuelva para entonces.El hombre de la cabaña estaba sediento y se marchó a pasar ese tiempo en un local donde apagar la sed que lo aguijoneaba. Pero no aguantó allí una hora, sólo había fanfarrones y ociosos; apuró su cerveza y salió con rapidez. Desde el porche echó una ojeada a su alrededor y vio la calle polvorienta y asolanada. Había un gran alboroto de gente que iba y venía, riendo, hablando, dando fuertes voces. Damas muy peripuestas paseaban cogidas del brazo, cuchicheando y saludando con una sonrisa afectada a cuanto conocido encontraban. El hombre de la cabaña bajó los escalones que elevaban el porche sobre la calle y se sumergió en aquel maremágnum agradable y anónimo. Se dejó llevar un rato, andando sin rumbo, siguiendo a la gente, dejando fluir su sociabilidad. Vio ante sí el hotel y decidió pasar. Todo era confortable y lujoso. Buscó el bar y fue a él. Se acomodó en una mesa. Probablemente la consumición sería cara, pero no le importaba. Para una vez que bajaba al pueblo no iba a escatimar unas monedas. El hall estaba muy animado: el tren acababa de llegar y los viajeros entraban buscando alojamiento, previamente reservado en algunos casos, pero no en otros. Y de súbito, su mirada se ancló en una aparición. Ella, esbelta y segura, había entrado allí. Sus miradas se cruzaron...

Raquel Méndez Primo, 1987

viernes, 5 de enero de 2007

SOBRE EL SÍNDROME DE ASPERGER


Criterios de diagnóstico de las personas con Síndrome de Asperger (A. Riviére, 1996)
  1. Trastorno cualitativo de la relación: incapacidad de relacionarse con iguales. Falta de sensibilidad a las señales sociales. Alteraciones de las pautas de relación expresiva no verbal. Falta de reciprocidad emocional. Limitación importante en la capacidad de adaptar las conductas sociales a los contextos de relación. Dificultades para comprender intenciones ajenas y especialmente dobles intenciones.
  2. Inflexibilidad mental y comportamental: interés absorbente y excesivo por ciertos contenidos. Rituales. Actitudes perfeccionistas extremas que dan lugar a gran lentitud en la ejecución de tareas. Preocupación por partes de objetos, acciones, situaciones o tareas, con dificultad para detectar las totalidades coherentes.
  3. Problemas de habla y lenguaje: retraso en la adquisición del lenguaje, con anomalías en la forma de adquirirlo. Empleo de lenguaje pedante, excesivamente formal, inexpresivo, con alteraciones prosódicas y características extrañas del tono, ritmo y modulación. Dificultades para interpretar enunciados literales o con doble sentido. Problemas para saber de qué conversar con otras personas. Dificultades para producir emisiones relevantes a las situaciones y los estados mentales de los interlocutores.
  4. Alteración de la expresión emocional y motora: limitaciones y anomalías en el uso de gestos. Falta de correspondencia entre gestos expresivos y sus referentes. Expresión corporal desmañada. Torpeza motora en exámenes neuropsicológicos.
  5. Capacidad normal de "inteligencia impersonal". A menudo habilidades especiales en áreas restringidas.

El Síndrome de Asperger es uno de los trastornos menos conocidos y estudiados del espectro autista. Los criterios diagnósticos precedentes están extraídos de un interesante dossier elaborado por el Equipo Deletrea (Equipo Asesor Técnico de Asperger España) con la colaboración del doctor Josep Artigas, neuropediatra y psicólogo del Hospital de Sabadell. Se trata de un documento en el que de forma clara, precisa, y organizada, con un lenguaje entendible por profanos y con un enfoque práctico se abordan todos los aspectos del Síndrome. Es posible descargarse el documento completo desde Discapnet Asimismo, la Asociación Asperger España dispone también de un web , muy interesante.

jueves, 4 de enero de 2007

Gatos de los Madriles


"Gatos" son llamados los madrileños, ¿por qué?

El origen de esta expresión lo explica Fernández de los Ríos en su Guia de Madrid (Madrid, 1876, página 92, nota 9ª):

Gato: Fue apellido muy célebre en la conquista de Madrid en tiempo de Alonso VI: en el asalto de la plaza hizo prodigios de valor un soldado que trepó por la muralla auxiliado de una daga que clavaba en las junturas de las piedras; sus camaradas dijeron que parecía un gato, palabra por la cual trocó su apellido la familia, tan estimada desde entonces, que no se tenía por nobleza castiza de Madrid a la que no pertenecía a aqule linaje, o al de Los Escarabajos y Los Muertos, que eran los tres más ilustres de la villa; de ahí el llamar a los hijos de ella gatos de Madrid”.

miércoles, 3 de enero de 2007

martes, 2 de enero de 2007

Con mis mejores deseos

Ojalá todos vivamos este nuevo año así, en rose.
Para todos vosotros, Edith Piaf, La vie en rose


Nostalgias

La conocí cantada por la gran, inmensa voz de Iva Zanichi, ahora os la traigo brotando de la garganta de Calamaro. Pero siempre la misma.


Sintonía