Me son dulces
tus miradas
Me arden
tus ojos hambrientos dentro
muy dentro y muy abajo
en lo más hondo de mí.
Me traspasan
tus ojos cálidos
me desarman
y dejan
mi alma al descubierto
y no puedo ya negarlo:
contra mí misma
te amo.
Raquel Méndez, 1987
No hay comentarios:
Publicar un comentario