sábado, 27 de enero de 2007

Los crímenes de Oxford

Si tuviera que definir brevemente la impresión que me ha causado esta novela del argentino Guillermo Martínez utilizaría el término "novela-trampa", y lo es ya desde el engañoso título. Se trata de una novela con un planteamiento convencional, todo parece transcurrir dentro de los cánones clásicos de una novela policíaca, y eso se le hace creer al lector, hasta el inesperado, y en mi opinión forzado giro final. No hay nada novedoso en los personajes, ni, aparentemente, en la trama: los crímenes de un asesino en serie al que un policía con mucho oficio trata de descubrir y anticiparse antes del próximo asesinato. Y he aquí la primera trampa que se le tiende al lector, y la más importante, porque es fundamental para el desarrollo de la historia. En una novela policíaca el autor, o el narrador, se guarda datos, pero va vertiendo indicios de la verdad a lo largo de la obra, intentando encubrirlos para que sólo al final cobren sentido. En esta novela no hay tales indicios, al lector se le engaña casi desde el mismo comienzo sin darle opción a intuir la verdad por medio de pistas veladas. El lector debería acceder al fogonazo de comprensión al mismo tiempo que el personaje que narra la historia, pero eso no ocurre en "Los crímenes de Oxford".
Se trata, pues, de una novela que basa su originalidad en un engaño, en definitiva, una novela-trampa.

5 comentarios:

Silvio Gnisci Morgach dijo...

No suelo leer novelas policíacas así que no me engañará.
Gracias por la reseña, Raquel.
Saludos.

J. G. dijo...

La leí hace un par de años, y en efecto es un engaño.

silvio gnisci morgan tenemos grandes maestros del género policiaco. También hay que leerlo.

Raquel dijo...

Pues la verdad es que no te la recomendaría especialmente, Silvio.
Sí, Jesús, lo es desde su planteamiento, a mí no consiguió engancharme, pero tampoco aburrirme.
Desde luego que hay grandes maestros.

Anónimo dijo...

No la he leído pero viendo tu reseña creo que esperaré a la película, confío en que Alex de la Iglesia le confiera el ritmo que caracteriza a su cine.

Raquel dijo...

Leí hace unos días que ha elegido a Elijah Wood (perdonadme la ortografía) para personaje principal.
No sé qué planteamiento hará en la película, pero no se presta mucho a lo que supongo llamas "ritmo". Naturalmente hay un ritmo narrativo, pero no me parece que sea muy adecuado al tipo de cine habitual en este director. De todos modos, habrá que esperar; bienvenido, Azrael.

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