jueves, 14 de julio de 2016

¡A la porra!




Seguro que alguna vez habéis mandado u os han mandado a la porra, sin saber muy bien adónde enviabais a la persona interpelada o adónde teníais que ir. Pues bien, el origen de esta expresión se remonta al siglo XVI, cuando  el duque de Alba, jefe de los Tercios de infantería española que combatieron en Flandes, ordenó la creación de  la figura del tambor mayor, que dependía del sargento mayor y cuya misión era transmitir al resto de los músicos de la unidad  las órdenes que recibían del mando para trasladarlas a su vez a mediante toques de corneta a los que estaban combatiendo.
Se conocía como "la porra" a la empuñadura de plata que tenía el bastón portado por el tambor mayor; dicho bastón se clavaba en el centro del campamento y, cuando el sargento mayor debía castigar alguna falta disciplinaria, a modo de arresto enviaba al soldado "a la porra" Así lo recogen las ordenanzas militares de Carlos III: “en el centro del Campamento y alrededor de la misma tendrán lugar los arrestos correspondientes a las faltas dictaminadas por el Consejo de Disciplina”.
A fecha de hoy, ya no existe el tambor mayor, pero la expresión ha pervivido hasta nuestros días. 

Fuente: Confilegal.com

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